El Verdadero Proveedor

John Macarthur

«Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar» 1 TIMOTEO 6.6–7

Uno de los nombres hebreos más preciosos para Dios es Jehová-jireh: «Jehová proveerá» (vea Génesis 22.14). La provisión de Dios para los que confían en Él es tan característico de su naturaleza que es uno de sus nombres.

Nunca duda de la mayoría de los atributos de Dios (por ejemplo, su santidad, su amor, su bondad, su poder, su justicia y su gloria), pero es posible que a veces se pregunte si Él proveerá sus necesidades. Sin embargo, esto es exactamente lo que Jesús advirtió a sus discípulos en Mateo 6.25–34 cuando les dijo que no debían preocuparse por lo que comerían, beberían o vestirían.

Las preocupaciones y obras en el mundo, a menudo hasta el punto del agotamiento, son para asegurarse de que se tiene sucientes riquezas. Pero eso es innecesario porque nuestro Padre celestial conoce nuestras necesidades y promete proveer para nosotros cada día.

Si sabe que Dios es el dueño de todo en el mundo, controla la totalidad de sus activos y puede proveer para usted como su hijo, entonces no hay necesidad de conar en el lujo, ser tentado por el materialismo o reservar frenéticamente para el futuro. Su vida diaria como cristiano no tiene que girar en torno a esas preocupaciones, sino en estar contento con lo que tiene (1 Timoteo 6.6–8; Hebreos 13.5).

Usted no tiene que poseerlo todo o estar en control de todas las circunstancias para tener dinero suciente para sus necesidades básicas. En su lugar, puede dejar de lado toda preocupación y ansiedad acerca de sus necesidades y con regocijo recibir todo lo que Dios le ha dado para invertir en su reino (Mateo 6.31–34).

¿Cómo puede atestiguar al hecho de que Dios puede y quiere proveer?

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